Amigos del foro, perdonad por la demora en escribir esta crónica, y perdonad también por la falta de fotografías, que se debe a que en un momento de confusión nos dejamos olvidada la cámara en las orillas del lago y ya no la pudimos recuperar. Aun así, espero que os guste. Gracias.


Lluvia. Lluvia sobre Loch Ness. Mientras nos dirigimos hacia el lago en mi Humvee negro veo preocupación en la mirada de mi compañero Jotasub. Sus ojos otean el oscuro cielo, amenazante, jalonado de plúmbeas nubes que, irisadas sus entrañas de frío vapor, vaticinan una jornada oscura y desapacible. Perfecto. Las condiciones ideales para apreciar el misterioso encanto del viejo Ness, el contraste del verde con el gris, no distinguir en la lejana orilla el final del agua del principio de la neblina. Perfecto. Siento como Ness, impertérrito, sereno y sin embargo expectante se prepara para desplegar los misteriosos encantos de su seno para seducir a un nuevo explorador y hacerle sucumbir a su profundo e inescrutable embrujo ancestral. Un lago con 10,000 años de historia y al menos 222 metros de profundidad nos espera, nada más lejos del buceo de masas en que se ha convertido nuestro amado deporte.

Llegamos al punto de inmersión, la bahía de Urquhart, mítico lugar de resonancias históricas y antiguas leyendas, pero mejor no pensar en ellas ahora para evitar despertar fantasmas interiores. Advierto a Jotasub de que algo misterioso se encuentra en el fondo del lago que estamos a punto de penetrar, que hay que ser respetuosos y tener cautela; ésta no es una inmersión en un pantano cualquiera, estamos en el corazón de las tinieblas, nos adentramos en las profundidades de la leyenda.Veo como Jotasub despliega el material cuidadosamente en el suelo y se va equipando en silencio, con la gravedad inquieta de los toreros a las 5 menos cuarto, un ritual que exige concentración y silencio. Me recuerda tanto a mí mismo hace 20 años. Descubrí estas aguas siendo buceador de una plataforma del mar del Norte, nos contrataron a varios profesionales para explorar por primera vez un sistema de cuevas donde se sospechaba que pudiera vivir Nessie, pero ésa es otra historia ya lejana, aunque en ningún modo olvidada. Cómo te envidié, Jotasub, en estos momentos en los que estabas a punto de descubrir un mundo siempre nuevo y siempre antiguo. Un ignoto mundo atemporal, aquel en el que los sueños se mezclan con lo real, y el hombre se vuelve agua.

Nuestras miradas se cruzan en reservado silencio, ¿veo en el semblante de Jota una sombra de duda? No, ha sido sólo una engañosa ilusión. Vamos adelante.. Nos introducimos en el agua con lentitud, y comenzamos a nadar en su lisa superficie.Vamos adelante. Yo sin ninguna reserva, Jotasub aún sin saber qué va a encontrar pero presagiándolo ya. Vamos adelante. Sin parar. Siempre adelante. Hasta que a mi señal, mirándonos a los ojos, nos sumergimos poco a poco en las gélidas aguas hasta desaparecer por completo.

Acordamos no rebasar la cota de los -30 metros, a partir de la cual el frío y la oscuridad pueden convertir una inmersión de placer en una temeridad de incalculables consecuencias. Ness nos acoge en su oscuridad. 6 grados.Visibilidad 3 metros. Suficiente para ver brillar los ojos de Jota que comienza ya a entregarse a Ness... poco a poco... A partir de este momento intento fundirme con él para ver con ojos nuevos lo que mis cansados ojos han visto ya tantas veces, en un intento de renovarme a través de mi nuevo compañero y ya presentido AMIGO.

Los ojos oscuros de Jota se acostumbran a la escasa luz y se siente cada vez más cómodo en el fluido primigenio que nos envuelve. Extrañado y sobrecogido, nota como todos sus sentidos se agudizan, cómo su consciencia aumenta, como presagiando una revelación que está apunto de producirse. En estos momentos comienzamos a sentirnos en inseparable comunión con el medio, fundidos y entregados a él, confiados y a la vez alerta. Está ocurriendo una vez más, Ness nos acepta y nos asimila a su ser. ¡Salve Loch Ness!, aquí estamos. Dentro de ti.

Jota ya ha olvidado toda sombra de duda y Ness, benevolente, decide demostrarle de manera fehaciente que le ha aceptado sin reservas: a -25 ocurre: el cangrejo autóctono de Loch Ness aparece ante sus ojos. Arrebatado por el descubrimiento, me lo muestra y yo me congratulo de su suerte. Ahí está, en el fondo. Como ha estado siempre. Encarnado en este cangrejo del presente o en cualquiera de sus antepasados. La maravilla de la vida en un lugar insospechado, allí, ante nuestros ojos, un vestigio atemporal.

Tras 45 minutos de inmersión y una visibilidad de un metro, nuestros cuerpos, que no nuestras mentes, empiezan a reaccionar contra el frío y decidimos empezar a subir lentamente a la superficie. Agotados, tumbados en la orilla frente al castillo de Urquhart, nos quedamos un buen rato mirando al cielo gris, reflexionando sobre lo que acabamos de vivir, sintiendo cómo la sangre recorre nuestras venas, y con nuestras cabezas apoyadas en la tierra, en plena comunión con los elementos, nos sentimos renacer.

Una buena ración de haggis, el suculento plato tradicional escocés, nos espera en el Blue Goose antes de la segunda inmersión. Dorothy, la dueña del pub, nos recibe con sendas pintas de cerveza, y nos informa que en breve volverá con nuestro almuerzo. El haggis se prepara mezclando hígado, corazón de cordero, cebolla picada y mucha pimienta, todo ello envuelto en vejiga de vaca, es una delicia para paladares entrenados. Observo a mi valiente amigo hacer una mueca desafortunada ante la explicación del plato, pero no le doy mayor importancia, ha ocurrido antes con otros visitantes. Las llamas de la chimenea sonrojan nuestras mejillas y nos calientan el alma, y tras un rato de animada sobremesa con la población local, decidimos que ha llegado la hora de partir de nuevo.

Sin embargo, una voz con marcado acento escocés se alza desde el fondo del local, es el viejo Tim McLaggan, uno de los guardacostas del lago, que nos alerta del riesgo que corremos si volvemos a remover sus entrañas. El lago está hoy inquieto, nos advierte ahora gritando, y no conviene agitarlo más. Tras unos instantes de confuso silencio, el resto de clientes, antes dicharacheros, asiente murmurando mientras apuran sus vasos de whisky para evitar que nuestras miradas se encuentren. Me cruzo una mirada con Jotasub, que encoge los hombros y hace una mueca de incomprensión.

Ha llegado el momento de tomar la decisión más dificil, aquella ante la cual cualquier buceador que se precie de serlo ha de buscar en su interior para encontar la respuesta.

Amigos buceadores, en este punto debo interrumpir hasta mañana el relato de una jornada memorable: continuará.

Estimado Muddy, la espera en publicar tu crónica ha merecido realmente la pena.
Lástima que esa confusión en la orilla del lago que nos has comentado condujera irremediablemente a la pérdida de la cámara fotográfica, ya que nos hemos quedado sin esa muestra gráfica de explosión de vida que supone el cangrejo autóctono de Loch Ness y cuya aparición inesperada tanto júbilo produjo en JotaSub, al parecer ya fundido con el primigenio elemento como tú has comentado.
Evidentemente y por lo trascendente de la inmersión, era necesario prepararse cual Manolete para la peligrosa lidia de Islero, su toro ejecutor. Tu símil taurino ha estado acertadísimo.
Estamos esperando ansiosos la segunda, e incluso tercera si te animas, parte de esta crónica.
Permíteme solamente objetarte una cosa a tí y otra a Jota. A tí, que nos debes también la crónica de tu experiencia hace 20 años en el intrincado sistema de cuevas donde se suponía que podría vivir Nessie, la cual debe ser muy interesante. Y a Jota: no puedo comprender cómo no pudiste adorar el suculento haggis desde el primer momento. Por la descripción que de él ha hecho Muddy, parece un plato exquisito y lo más parecido a una morcilla levantina. Incluso a mi me ha levantado el apetito y eso que son las cinco y media de la tarde.


Sea como fuere, habéis sido muy valientes, aunque .... aún nos falta mucho relato por conocer. Nos habíamos quedado con el viejo Tim McLaggan avisando de la inquietud del lago y que los parroquianos apuraban sus vasos de whisky.....

Muddy, vaya cronica! Yo tambien me he sentido transportada hasta las entrañas de Ness, donde seguro que uno es capaz de fundirse en sensaciones con el compañero y experimentar lo que pudieron sentir los primeros descubridores.
El escenario ideal para descubrir la esencia de la vida de cada uno de nosotros, nuestros origenes, lo que fuimos en otra vida y el porque de lo que somos ahora.
Envidio a Jotasub por ese compendio de sensaciones que el Ness pudo transmitirle. Seguro que no le ha dejado indiferente, y de un modo u otro sera un antes y un despues en su vida.
Por favor, Muddy, sigue contandonos la historia, esperamos anhelantes.

No sé por qué presiento que, a pesar de la recomendación de Tim McLaggan, hubo segunda inmersión...

Ahora bien, como en ésta os hayáis dejado también la cámara, os correremos a gorrazos virtuales

Venga, que esperamos ansiosos el desenlace.

Estoy con Gatosub, nos debes una mayor explicación de la búsqueda de Nessie. Menuda crónica original tiene que ser esa para el concurso.

Espeluznante...es la única palabra que se me viene a la cabeza al leer la crónica, no tanto por la “decisión” de esa segunda inmersión como por la receta del haggis.
Verdaderamente si se siente todo eso al sumergirte en el Loch Ness es como para llevar una estampita de la Virgen del Carmen y encomendarte a todas las divinidades escocesas.
Tipo curioso debe ser ese Tim McLaggan....y el ambiente del Blue Goose como que me lo estoy imaginando...toda una experiencia más allá de la realidad.

A seguir contando....

Espero ansioso la segunda parte.....no me veis ...pero como explicaros la cara de sueño que tengo ... el cabreo de quedarme sin ver el encierro de Hoy de san Fermin de los Torrestrella y como me ha cambiado el careto...los ojos como platos... mordiendome el labio inferior que casi me lo abro en canal, y a tan solo 20 centimetros del monitor.....que sepas que me acabo de sumergir con vosotros en el Ness, que incluso he sentido el frio de la inmersión.... y que ya estaba ahí con vosotros saboreando esa pinta de Cerveza y ese particular plato de Atascaburras escoces....mmmmm,


Bueno...realmente no empieza mal la mañana.....

Muy buena la crónica, nunca he buceado en agua dulce y después de tu explicación ya me estoy mirendo los pantanos que salen en el mapa. Sólo una pregunta, después de un haggis (pedazo de morcilla) ¿se puede bucear?.

Gracias Muddy.

Muchísimas gracias por transportarnos con vosotros a conocer el misterio de Ness.

Hacía tiempo que no se me ponía la carne de gallina al leer un relato...

Por favor, continúa.

Edito para corregirme: ¡¡acabo de ver la II parte!! ¡¡voy a por ella!!