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El_Lider_Supremo Equipo MALAVIDA | Joakín Ladrón | Retrato del rock Hace honor a su apellido y husmea en la historia de la música para ilustrar con su lápiz el devenir de las estrellas. El resultado se llama ‘Songbook’ BORJA CRESPO Atiende al nombre de Ladrón, un apellido que le viene que ni pintado, pues, al contrario de lo que piensa el personal, no es un seudónimo. Joakín Ladrón (www.ladroncomic.com) es un dibujante alicantino que despierta filias y fobias a su paso. Sus viñetas están cargadas de sexo y violencia. No son aptas para gente con prejuicios, pero no toda su obra es políticamente incorrecta. Estos días, la revista musical ‘Ruta 66’ ha publicado ‘Songbook’, según el propio artista, «un álbum de ilustraciones y textos de rock and roll». Su lápiz ha retratado, con una visión muy personal, a lo más granado del mundo del rock. «El rock & roll supone el 50% de mis ideas’ -señala-. Lo mismo puede inspirarte a la hora de pensar una historieta leer un libro de un determinado autor que escuchar una canción. Otros se inspiran en el cine o en otros tebeos, pero, para mí, la música es fundamental a la hora de preparar mis historias». Kiss, Hellacopters, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Rolling Stones, Iggy Pop, Lou Reed y un largo etcétera forman parte de un álbum de casi cien páginas con artículos de acompañamiento a cada imagen firmados por plumas bien documentadas. El público seguidor del trabajo de Ladrón va desde el aficionado al cómic underground puro y duro al amante del rock más excéntrico. «Mi estilo bebe mucho del underground de los sesenta, pasando por los ochenta, del Metal Hurlant hasta la línea chunga de Makoki y compañía. Siempre trato de combinar varios estilos, manteniendo un carácter tremendista, intentando ir más allá». Alterna el cómic con el diseño de portadas de discos y, cuando el tiempo se lo permite, canta en un grupo musical endemoniado disfrazado de Alice Cooper, Ladrón y las Serpientes de Marte. Se considera un discípulo de Robert Crumb, contaminado por el underground cañí, aunque supera en purulencia a su maestro. Hasta la fecha, tiene en la calle tebeos de explícito título como ‘¿Dónde están las tripas, matarile?’, ‘El Hombre de los Caramelos’, ‘La Mocopandilla’, ‘Pandemonium’, ‘Speedball’… La simbiosis -La música te inspira a la hora de dibujar. -Siempre ha sido un referente a la hora de ponerme delante del papel en blanco. Música e ilustraciones pueden crear una perfecta simbiosis, como se ha demostrado, por ejemplo, en la costa oeste de Estados Unidos, a mitad de los sesenta, con la psicodelia y el nacimiento de los comics underground. A la cabeza me viene la portada del ‘Cheap Thrills’ de La Big Bro. and the Holding Co., hecha por Robert Crumb, ‘Shakedownstreet’ de Grateful Dead, que dibujó Gilbert Shelton, o la carpeta de ‘Take No Prisioners’, de Lou Reed, que realizó Nazario… -¿Qué tipo de música escuchas? -Normalmente, es todo rock de los 60 y 70 y bandas actuales que pueden ir en esa onda. Aunque, si me haces esta pregunta enfocada al estilo de música sin importar la época, te diré que me puedo poner un disco de Dylan y el siguiente pueden ser Ramones o Stooges. Siempre estoy ávido de conocer nuevos grupos, que su disco me haga botar o quedarme hipnotizado después de escucharlos. -¿Cuál fue la primera ilustración que hiciste para ‘Songbook’? -La de Jagger con los Stones en la gira del ‘Love You Live’. Pero, curiosamente, lo más antiguo que contiene el ‘Songbook’ es la historieta del ‘Cocksucker Blues’ de Los Stones, una canción que les debían a la Decca: hasta que no se la entregaran no acabaría su contrato y no podrían formar su propia discográfica. La historia que cuenta este tema es bastante llamativa, tanto, que Decca la censuró y aún hoy no ha visto la luz oficialmente. Después de mucho buscar, conseguí el ansiado tema y me procuré una traducción fidedigna. Apareció en mis primeros trabajos para el fanzine ‘Subterfuge’. -¿Desde el principio tenías pensado preparar un álbum que reuniese retratos de estrellas del rock? -Tenía pensado hacer una exposición y, mientras trabajaba en ella, recibí la llamada de J.F. León, del ‘Ruta 66’, que me propuso ilustrar cada mes la sección de noticias con un músico que eligiésemos y la traducción de una de sus canciones, de ahí el nombre del álbum, ‘Songbook’ (‘Libro de Canciones’ . A la larga, hablamos de la idea de recopilarlas todas. Invitamos a los colaboradores de la revista para que escribiesen sobre las ilustraciones, pero que no contaran la típica cronología y enumeración de la discografía de cada artista o grupo. Todos aceptaron con entusiasmo y la verdad es que el resultado ha sido espectacular. Todos los artículos se adaptan perfectamente a la ilustración. -Ha salido muy bien editado. A todo color. -Creo que la ocasión lo merecía y el ‘Ruta 66’ ha cuidado todos los detalles. El trabajo de imprenta ha sido soberbio. -¿Algún criterio para elegir a los homenajeados? -Gente cuya música, vida, obra y milagros no te deja indiferente. Pero tampoco ha sido algo premeditado. Te puedo decir que iban surgiendo a medida que íbamos avanzando con bastante naturalidad. J.F. León y yo tenemos gustos comunes. -Alguno se te habrá quedado en el tintero... -Si, pero ya saldrán en el siguiente. La verdad es que el ‘Songbook’ está funcionando bastante bien. La aceptación de los lectores ha sido muy buena. Constancia -¿Qué queda de tus comienzos publicando en fanzines? -La constancia de estar horas y horas delante del tablero y el recuerdo de enviar montones y montones de cartas y paquetes con fotocopias de los nuevos comics que hacía. -Ahora ya no se estilan tanto. -Bueno, es lo que hablábamos de las webs, my space, blogs… Internet ahora supone un escaparate para presentar tu obra y que lo vea un montón de gente. Pienso que es complementario a mi trabajo. Una ilustración impresa no tiene la misma definición si la sacas de una web. A quien le interese de verdad, pillará el ‘Songbook’. -Parece mentira que comenzases en ‘Subterfuge’ dibujando burradas. Ahora editan a Marlango. -Bueno, una cosa era el fanzine y otra, Subterfuge Records, que siempre ha sido pop. Cuando decidió dedicarse plenamente al pop, a mí me encargaron dibujar ‘El Vengador Tóxico’ para Troma por medio de Fester Comix. Digamos que entonces nuestros caminos se separaron laboralmente. -¿Qué fue de la línea tremenda? -La línea tremenda tuvo bastantes acólitos. Creo que fue el último movimiento en el ámbito del cómic en el que se agruparon varios dibujantes con plena libertad creativa. De hecho, ahora se ha vuelto a reeditar ‘El Hombre de los Caramelos’. Si no hubiera demanda, no se hubiera vuelto a editar. -¿Andas enfrascado en algún nuevo proyecto? -Por el momento, sigo dibujando nuevas ilustraciones para ‘Ruta 66’. Hay un par de proyectos, pero van despacio y aún es pronto para decir algo. Eso sí, sigo pegado a mi mesa de dibujo. -Recomienda tu álbum al personal... -Para quien sea neófito en el mundo del rock, disfrutará descubriendo a los artistas en cuestión y tendrá un festín de sensaciones con las ilustraciones de los músicos. Y, si ya es un entendido, disfrutará tanto con los dibujos como con las semblanzas biográficas, que no tienen desperdicio, y que para nada son las típicas referencias y anécdotas que salen en todas las revistas y biografías. Eso sí, tanto unos como otros deberían acompañar la lectura con un disco sonando a todo volumen en el equipo de música, y así ser la alegría de sus vecinos. -Hay tres caballos y somos cuatro. Falta un caballo -No, sobran dos. (CHARLES BRONSON a un matón en "Hasta que llegó su hora" ) |
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